viernes, 9 de julio de 2010

seda metálica, frescura, hallazgo, retirada.

descubriste todo absolutamente todo lo que era lo que me costó engaño y superación
tomaste mi mano cobijaste mis ojos tensa la piel
por el feroz contacto lloré…
desparramo interior y por fuera fusión

corrí luego, corrí porque decidí no posponer más nuestra partida, nuestro adiós…
(porque aunque los momentos restaban… el ansia de mi regreso fuera de ti gritaba mi ciudad por todos los poros, ¡qué fuerte! ¡qué hondo!)
no pude darte, ni darme, las gracias. (ni explicaciones) todo absolutamente todo fue interpretado erróneamente entonces… aunque espero que no… o no todo, o no tanto…
descubriste mi inocencia y mi ingenuidad de niño sabio de libros,
¡mas no de libertad!

otra vez fuera del cascarón de la racionalidad, de lo explicable, del yo otra vez fuera, golpeando a toda voz mi entrada, mi salvación,
que no es sino perdición, y un otro encantado manto que aguarda con paciencia a otra vez desasirme de la helada llama de lo real, de lo sensible.
de la vida.

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