jueves, 15 de julio de 2010

LXXXIII

no soy yo cuando te miro,

mucho menos si

encima,

me estás observando con esos ojos rojos,

esa clara cara,

todo un cúmulo vivo de otras cosas que apunta hacia mí,

divino

y no me asemejo siquiera a mí mismo…


¿cómo reconocerme nunca?

¿cómo animarme nunca?


soy otro nadie en tu mirada fresca
(¿o no?)


¿caigo en ti, o recurro a ti, …como se recurre a un vaso de agua?

o ya no hay nada más para mí que ese vaso

de agua,

de luz,

de esperanza,

de nostalgia recuperada y borrada,

de …

tuyo.

2 comentarios:

  1. Yo tampoco sé en que me convierto cuando miro a esa persona. La verdad es que me odio.
    Excelente tu laburo. Sigo este blog, pero YA!

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  2. Gracias, amigo.

    Siempre es bueno lo que nos ayuda a olvidar -aunque sea por un momento- que uno "está solo y espera"...

    d

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