sábado, 23 de agosto de 2008

"La Mejor Música del Mundo"

Hace poco, cenando entre amigos en la casa de un escritor conocido, éste nos explica:

- ¡¿Que si me gustaría vivir en Brasil?! ¿Cómo no habría de gustarme vivir en el pueblo que tiene la mejor música del mundo?"...

Pasó. No dije nada. Parte por la admiración que me despertaba su persona, parte por el placer de ir conociéndolo, atento y en silencio absorbente, a medida que barajaba sus palabras sobre la mesa de su sala, y parte, también, porque de buenas a primeras, suelo ser bastante crédulo y acrítico.
Pero la segunda vez que lo vi, aprovechando el clima cálido de una velada "bailable" (también en su casa), lo interpelé capciosamente cuando sonaba algo de música italiana de los setenta:

- Enrique, ¿No te parece un buen momento para poner la "mejor música del mundo"?...

Cuando, para mi sorpresa me responde:
- ¿Te parece que está el ambiente para un Johann Sebastian Bach? ...tal vez más tarde..."

- Síiiii, totaaaaaaaalmente - no me quedo atrás, obviamente... y lanzo mi hoy irrisoria, ayer bizarra, estocada:- ¡Pero la otra noche hablaste de la música brasilera como la mejor música del mundo! Y precisamente eso quería puntualizar: ¡¿Cómo alguien en su sano juicio puede decir que el tango, la bossa o el flamenco son las mejores músicas del mundo?! ¡Imposible! - Y ambos reímos de manera espontánea y cómplice.

Claro, mi bello interlocutor era escritor... ¿qué más podía esperar, que un diálogo rebosante de dinamismos descontextualizados, ¡...delicioso discurso a la deriva subvertido tan sólo por la estética fonética o la armonía semántica?!

Claro está que existe la mejor música del mundo, pero no lo son ni Miles, ni Vinicius... tampoco lo son Piazzolla o Camarón... ni siquiera Bach... Arriesgarla implica energía desperdiciada, esfuerzo infructuoso... o una sonrisa... aunque más no sea por esto último, lo intentaré:

La Mejor Música del Mundo, querido lector... sos vos.

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